La búsqueda de exoplanetas habitables continúa. Los astrónomos han bautizado con el nombre de "PRÓXIMA B" al planeta más cercano a la Tierra que se conoce, el cual, dadas sus características, podría ser también habitable. Hasta ahora, el mundo más parecido al nuestro descubierto por los astrónomos era Kepler-452b, a 1.400 años luz. Próxima-b orbita alrededor de la estrella más cercana a nuestro Sol, Próxima Centauri (de ahí su nombre), que se encuentra a "sólo" 4,5 años luz de nosotros. Esta estrella es una enana roja (tres de cada cuatro estrellas de nuestra galaxia son enanas rojas y tienen un brillo tan tenue que no pueden contemplarse a simple vista). Las enanas rojas consumen su combustible nuclear muy lentamente, tanto que desde el principio de la existencia del universo ninguna de ellas ha muerto aún (las estrellas mueren cuando se agota su combustible nuclear, que es lo que le pasará al Sol dentro de 5.000 millones de años).
"Próxima b" es un planeta con un tamaño ligeramente superior a la Tierra y una superficie sólida, y da una vuelta alrededor de su estrella en algo más de 11 días. Aquí podéis ver una recreación de este planeta que ha hecho el artista M. Kornmesser.
En su cielo, además de su sol (Próxima Centauri) se puede ver también la estrella doble Alfa Centauri AB, un poco por encima y a su derecha. Este planeta está tan cerca de él (a sólo el 5% de la distancia que hay entre la Tierra y el Sol) que sería un infierno, si no fuera porque se trata de una enana roja, con una masa estimada del 12% de la de nuestro Sol; y esto lo coloca en el área de habitabilidad de la estrella.
Se calcula que este planeta tendría una temperatura de 40 grados bajo cero, pero el efecto invernadero de una posible atmósfera podría elevarla por encima de los cero grados, lo que permitiría la existencia de agua líquida, indispensable para la vida.
Los investigadores replican a algunas dudas sobre la posibilidad de que existan planetas habitables alrededor de una enana roja. Uno de los inconvenientes para la vida es que, al estar tan cerca de su estrella, estos planetas tienen rotación sincrónica (muestran siempre la misma cara a su estrella, igual que nuestra Luna a nosotros). Habría un hemisferio del planeta abrasado en el que la atmósfera se evaporase, y otro congelado y sumido en una noche perpetua. La solución sería que el planeta tuviera una atmósfera más densa que la de la Tierra, lo cual daría lugar a una circulación atmosférica y a la redistribución del calor entre la parte iluminada y la parte oscura.
Otro problema para la vida sería la radiación X de la estrella: Próxima-b podría recibir 400 veces más rayos X de su estrella que la Tierra del Sol. Pero si este planeta tuviera un núcleo de hierro lo bastante grande, como ocurre con la Tierra, se crearía un campo magnético potente a su alrededor, que defendería su atmósfera de los rayos X y la radiación ultravioleta.
Para mí, lo más interesante de esta noticia, es que un grupo de científicos, como Stephen Hawking, y filántropos como Marck Zuckerberg, de Facebook, entre otros, quieren llegar hasta el sistema planetario de Próxima Centauri en unos veinte años (mientras que con la tecnología actual se tardaría 30.000 años). La manera de lograrlo es enviando nanonaves, o sondas, de unos pocos gramos de peso, que se moverían con luz láser. Este proyecto estaría financiado con 100 millones de dólares. La finalidad de estas sondas sería averiguar si existe vida en Próxima-b. ¿Os imagináis?
Para terminar, un apunte respecto a la reciente entrada de este blog del pasado 18 de agosto "Ilustrar GIGANTE ROJA, un reto visual". Si os fijáis en la imagen de arriba, veréis que el ilustrador ha pintado el sol que ilumina Próxima-b como una estrella de luz blanca, igual que nuestro Sol. Esta ilustración podría ser la de un amanecer en la Tierra. Sin embargo, como habéis leído, el sol de este planeta es una enana roja.
Aquí tenéis algunas imágenes de la luz y el color de los mundos que orbitan una enana roja.
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