martes, 17 de junio de 2014

Alfa

La luz de la luna arrojaba las sombras alargadas de los caminantes sobre la pradera como si fueran los dedos de una mano. La sombra del que iba delante parecía el pulgar, porque era el más pequeño de grupo. Iba desnudo, y sonre sus hombros llevaba una vara larga sujeta con los antebrazos. Los cuatro hombres que le seguían se protegían del frío con una pelliza, túnica de lana y pantalones, y cargaban a la espalda grandes fardos de piel.


No hay comentarios:

Publicar un comentario