martes, 17 de junio de 2014

Prólogo

- ¿Yo te doy miedo? –preguntó la figura negra.
Soria asintió. Temblaba de pies a cabeza. No podía articular ningún sonido.
- Eso está bien. Tienes que temer mi poder siempre. ¿Lo entiendes? –dijo la figura negra y sus ojos, hasta entonces completamente negros tras la máscara, se encendieron.
La niña volvió a decir que sí con la cabeza.
- En fin, ha llegado la hora de tu tránsito.
- ¿Voy… a… morir ya?
- ¡Ya sabes que no, no seas infantil! –rugió la figura negra. Sus ojos refulgieron. Luego, con su misma voz metálica pero mucho más suavemente, preguntó-: ¿Confías en mí?
- Sí –respondió la niña, cabizbaja.
- Acércate.
- ¿Duele? Los asana dicen que morir duele.
- Ellos no tienen el aura, como tú. Sólo notarás un pequeño pinchazo. A lo mejor ni eso.
Luego te dormirás. ¡Y te despertarás en el mundo nuevo!


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