lunes, 16 de febrero de 2015

Alfa



En aquel momento un extraño ser de color negro magenta apareció en la estancia. Se movía sin hacer ruido y parecía deslizarse sobre ruedas invisibles. Llevaba una bandeja con dulces que depositó con cuidado sobre la mesa, mientras los asana retrocedían ante él, mudos de asombro.

El ser dio la vuelta, se alejó del centro de la sala y se quedó quieto, pegado a la pared. Los asana empezaron a hablar y a gesticular entre ellos. Era evidente que no habían visto nunca nada parecido. Reto también siguió al extraño ser con la mirada. De repente algo empezó a moverse en su superficie: su cuerpo comenzó a dividirse en figuras geométricas de distintos tamaños, que salían y entraban de su masa a medida que ésta cambiaba y se reordenaba. 

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